La tradición musical española en cuanto a hard'n heavy se refiere, venía marcada por dos tendencias claramente identificadas: Por un lado el llamado rock urbano con nombres ilustres como Leño, Suaves, y posteriormente, con menos arreglos y quizás calidad, Extremoduro, Marea y demás huestes contestatarias. Otra vertiente, tenía como protagonistas a los grandes dinosaurios, precursores del heavy metal patrio con Barón Rojo y Obús al frente. Un Heavy muy centrado en los 80, con todos sus clichés y referencias a su vez de los grandes nombres y leyendas del género. Sin embargo varias eran las asignaturas pendientes de la escena metalera española, y la más flagrante era la referida al idioma, y por consiguiente, a la repercusión internacional que pudieran obtener las bandas nacionales. No es un secreto que el idioma del rock, de metal, es el inglés, con sus excepciones, y ahí España adolecía, y lo sigue haciendo, de voces autorizadas que puedan ofrecer, con criterio y normalidad, una propuesta musical capaz de competir en calidad con otras bandas, no sólo venidas del mundo anglosajón sino de países tan dispares como Italia, Francia, Alemania e incluso naciones aquí percibidas como exóticas tales como Hungría.
Un tercer elemento a considerar, y que entronca con los ya descritos, tiene que ver con el vacío de bandas españolas 'educadas' en ese metal que triunfó en los 90, con nombres como Sepultura, Machine Head, White Zombie o Soundgarden, y una forma de producir y definir el sonido, en el que dos grandes nombres destacaron sobremanera en esa década, Terry Date (el padre del Cowboys from Hell, por ejemplo) y Collin Richardson. Hamlet por ejemplo, fueron precursores en mostrar que se podía conseguir 'otro sonido' apartado de la tradición más bien cutre española, con un sonido completamente internacional, si salvamos la barrera del idioma y lo que ayer era una situación excepcional, hoy y poco a poco se va convirtiendo en la norma.
Esta larga introducción simplemente ha querido ser un antecedente para presentar a la banda que nos ocupa, Violent Eve, quienes de una tacada, y como si de un fuerte puñetazo en la mesa se tratara, no esconden sus influencias por el metal americano made in USA, cantan en inglés y su sonido recuerda a esas grandes producciones de los genios anteriormente citados...saltan todas las alarmas. ¿Pero quienes son estos chicos, de dónde vienen, a dónde quieren ir y qué proponen? Vayamos por partes:
Violent Eve es una formación que pese a su corto funcionamiento (operan desde el año 2009), está formada por veteranos de la escena más alternativa y en algunos casos, extrema nacional. Músicos como Eduardo Brenes (ex-Terroristars) a la batería, Dani Ramos (Dreamaker) y Diego López (Silver Fist) a las guitarras, y Dani Fernández (ex Dark Moor) al bajo. A este grupo de competentes y bragados músicos les sirve de frontman Zyus, que con su peculiar imagen y su agresiva voz, cercana a las tesituras de Phil Anselmo, logran crear un todo compacto y con aspiraciones de que su propuesta sea sobre todo, internacional, sin cerrar ninguna puerta.
Con estos antecedentes tenemos este primer disco de título premonitorio e inquietante, 'eleven reasons to kill' y ciertamente se trata de 11 trallazos donde la contundencia, la tralla y las referencias a los clásicos del metal que sacudió el mundo en los noventa, son constantes. Dos son las bandas que mas presencia tienen en las composiciones de Violent Eve: Pantera y Machine Head, y desde luego no son influencias nada desdeñables. La voz de Zyus ya se ha indicado que recuerda en muchos momentos a los alaridos de Phil Anselmo y álbumes como The Burning Red de Machine Head, incluso con el uso de samplers y coqueteos con la electrónica, también forman parte esencial de la propuesta musical de Violent Eve.
El resultado son 11 canciones aceleradas, de un groove metal a ratos cercano al thrash, otras veces muy ligado al mas actual metalcore y con cabida incluso para medios tiempos, lo que el combo puede considerar como 'la balada' del disco (the whisper of the shrouded child), finalizando el disco con el tema Lotus Overdose, perfectamente encuadrable en el death metal más furioso con una sucesión de blast beats a cargo de Edu realmente trepidantes. Temas como Infinite Worm son realmente sorprendentes ya que pueden llegar a recordar, lejanamente, a unos Meshuggah, y el álbum supone sobre todo y ante todo, una rara avis dentro del panorama metalero español. Sólo por eso, ya merecen toda la atención del mundo y desde luego, que no hay que perderle la pista a estos Violent Eve, ya que su evolución musical seguro que será cuanto menos, original e interesante, ya que a la fuerza, han de definir su estilo dotándolo de una personalidad propia. Ya la tienen pero esperamos una víspera realmente violenta.
Review realizada por RAFAEL ESPAÑA SÁNCHEZ.